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  El conselleiro de Educación, Xesús Vázquez, señalaba ayer que no hubo ningún tipo de concierto ni de ayuda económica al colegio Montespiño. Eso sí, admite que desde la Xunta autorizaron ocho nuevas unidades educativas a un centro que está vinculado al Opus Dei y que segrega a su alumnado por razones de sexo.
El responsable realizaba estas declaraciones en el marco de una reunión con más de 150 miembros de la Confederación Galega de Anpas de Centros Públicos, que tenía lugar ayer en la Fundación Barrié, la primera vez que un conselleiro lo hacía, según su presidente Virgilio Gantes, quien puntualizaba que separar a los niños de las niñas no era bueno aunque sí legal y que la lucha de la igualdad debería empezar en las aulas.
Con respecto a la polémica sobre la supuesta inyección al centro concertado, Vázquez arremetió contra el PSdeG y la CIG por tergiversar la información y proporcionar datos erróneos “que nada se corresponden coa realidade”. Aclaraba que Montespiño seguía teniendo el mismo número de unidades concertadas que durante el Bipartito y que el presupuesto para la enseñanza concertada había disminuido en 8,4 millones en lo que iba de legislatura.
Por otra parte, el conselleiro hablaba del centro de Sada con el que tiene un compromiso de ampliación a la espera de que estén a disposición de la Xunta los terrenos pertinentes para dicha actuación. Vázquez aseguraba estar en contacto todos los días con el Gobierno local sadense para que, una vez se hagan con más metros cuadrados, estudiar las posibilidades que ofrecen para mejorar en calidad educativa.
Durante el transcurso de la reunión, el titular de Educación destacaba los beneficios que suponía la ampliación del horario lectivo que redunda en “un sistema educativo de calidade” y permite que todas las partes se impliquen. Añadía que Galicia no podía transigir ante una realidad que la situaba como la comunidad con la jornada más baja del estado.
Este cambio, señalaba, se traduce en el aumento de 60.000 horas más de docencia semanales para estudiantes con necesidades específicas, lo que supone cuatro horas al día de atenciones a estos alumnos con discapacidades físicas, psíquicas y sensoriales o con trastornos graves de conducta.
Por otro lado, los escolares con dificultades de aprendizaje podrán recibir ayuda en las mismas aulas o fuera de ellas, a la vez que el profesor de la asignatura podrá impartir los contenidos al resto de la clase. Según el responsable, la atención a la diversidad se reforzará con esta medida y será más fácil detectar las particularidades de cada pequeño.
En este aspecto, la aprobación de la reorganización horaria de 21 a 25 horas lectivas repercute en los niveles de educación Especial, Infantil y Primaria mientras que no supondrá modificaciones para los que cursen Secundaria.
En este sentido, Vázquez negaba la reducción de profesores de apoyo y confirmaba el mantenimiento de la plantilla tanto de terapeutas y pedagogos como especialistas en audición y lenguaje.
Por su parte, Virgilio Gantes respondía ante las competencias traspasadas desde el Gobierno central y denunciaba realidades como la supresión de actividades extraescolares en los centros o la facilidad con la que se otorgan materias a docentes que no están especializadas en ellas.
Delante de los padres, Vázquez criticó los intentos de politización de la educación que se están haciendo “desde algúns partidos e organizacións sindicais”, que hacen surgir un conflicto “inexistente” con una transmisión falsa sobre la situación real de la enseñanza: “Isto non fai máis que prexudicar ás nenas e nenos”.